Como el niño llamando
la atención.
Te busco cada día
en mi recuerdo.
Convencido de que
no eres solo una mera fijación.
Donde cada día que
pasa ahondas en mi corazón.
Te busco y no
puedo encontrarte, dulce locura.
Esta necesidad
absurda y real de compartir nuestra vida.
Pero el día que no
te encuentro mi alma está perdida.
Donde en esos
pocos minutos tu sonrisa es mi cura.
Un silenciosa
frustración me embarga el corazón.
Todos los recuerdos e historias por las que tanto
sufrí.
Aún así esa ligera
esperanza no quiero que llegue a su fin.
Y deseo que vuelva
a mí en forma de ilusión.
Ojalá, pequeña,
sepas lo que siento por ti.
Me cojas de las
manos. Me abraces. Me beses.
Y antes de
desaparecer por siempre me consueles.
Para que esta alma
marchita pueda florecer en tu jardín.
Comentarios